5 mar 2010

Comienza trepando por mis piernas. Luego se aferra un poco a mi cinturón y pega un tremendo brinco hasta mi pecho. Yo no puedo hacer nada, él sube poco a poco, desea llegar a mi cabeza, pero… ¿será prudente dejarlo llegar hasta ese punto?

Todas las noches intenta hacerlo, sin embargo, nunca lo he dejado, me da tanto miedo que se meta por mis orejas o por mis ojos y entre de repente a mi cerebro. Imagina tener un animalito en ese lugar importante, podría controlar todos mis pensamientos, mis actos, mis decisiones. No, no, no, eso realmente es preocupante.

Se lo he comentado a algunos compañeros de la escuela. Les platico la forma en que se aferra a mi pijama, en cómo se sostiene con sus pequeñas garras, en su aspecto deforme. Trato de hacer una descripción fidedigna del animalucho, mas me tildan de loco, piensan que soy un consumidor de drogas o algo por el estilo… nunca me creen y no quiero que lo hagan, hasta cierto punto, es mejor mantenerlo en secreto.

Cuánto tiempo tendré que soportar todo esto. Él no piensa en irse. Por lo regular me deja descansar una semana. Una semana entera se desaparece de mi habitación, me deja tranquilo, con la duda de si volverá algún día, hasta lo extraño cuando no está presente, pero cuando llega todo es diferente, deseo alejarlo de mi alcoba, de mi cuerpo. He llegado a dirigirle algunas palabras, intentando entablar una comunicación para decirle que me cansa su presencia, sus actividades porque si desea estar ahí no hay problema, no obstante eso de trepar me molesto demasiado.

Nunca responde al dialogo, por eso lo considero un animal. Sus ojitos cuando hablo se quedan estático, me miran de una forma… tierna, agradable, pareciera prestar atención y de pronto otra vez, comienza a saltar, a intentar llegar a mi cabeza y yo manoteo, lo alejo hasta que cae abruptamente al suelo, luego se esconde bajo la cama y no lo veo hasta otro día.

Desearía saber el porqué está presente en mi vida. El porqué de su elección de molestarme todas las noches. El porqué de llegar a mi cabeza, qué hay ahí, qué desea encontrar en mi cerebro… cuántas personas sufrirán de esto, de animales extraños en las noches dentro de la habitación intentando subir y entrar a la cabeza, cuántas, cuántas existiremos.

1 comentarios:

ma grande folle de soeur dijo...

me ha gustado mucho leerte ;) gracias

 

Copyright 2010 Dios escucha por los ojos.

Theme by WordpressCenter.com.
Blogger Template by Beta Templates.