18 dic 2009

El olor de la noche me recuerda un poco lo que eres en verdad. Siempre he buscado por todos los sitios posibles esa mirada que me aliente a continuar este largo recorrido que es la vida, mas no la encuentro por ningún sitio, te has ido, has escapado de un final, triste o alegre pero siempre final.

No le encuentro una posible solución a todo esto, la he buscado por medio de las drogas, el alcohol, la literatura, la música, y entre otras cosas con resultados desalentadores. He intentado ponerme piripi para ver borrosos, para dejar todo a una suerte inexistente en la cual logre ver esa mirada tuya encajada en los ojos de alguien más, qué triste es la vida sin ti.

En ciertos momentos intento de imaginar escenas de mi vida en las cuales no hayas participado, me esfuerzo en hacerlo, busco en lo más recóndito de mi memoria, en aquellos pensamientos infantiles, en las fiestas familiares, en el brindis con los amigos, y nada… siempre estás ahí con tu cara iluminada por tu sonrisa, tus labios haciendo un pequeño corte para dejar ver los dientes, tus suaves y cálidas manos siempre en alguna parte de mi cuerpo, tus ojos, tus bellos y magníficos ojos con la mirada serena, tierna, bella, tan tuya, tan mía, siempre estas presente.

Qué puedo hacer en este instante de soledad, qué puedo hacer en este instante de soledad, busco una respuesta, ayúdame a encontrarla, la necesito tanto porque si no podría desfallecer en cualquier momento, mi vida volvería a ese rumbo trágico de antes, se encaminaría a la gran perdición de la que me sacaste. Cómo desearía verte otra vez, encore un fois, outra vez, altra volta, preciso de ti minha menina de olhos belos, quisera ter outra vida, outra oportunidade, julgo que não te perderia outra vez.

No sé lo que hice mal, imaginé que así era la vida con una relación amorosa, lo supuse al menos, gracias a toda las historias devoradas por los ojos, todos los cuentos de amor, por todo eso que los demás escriben haciéndonos creer en amor objetivo, en el amor como mapa del mundo, exacto, preciso. Todas esas historias corrían dentro de mí y las creía todas ciertas, nunca dude de ellas, las utilicé como manual de amor, coitadinho de mim, tan tonto, tan idiota, el gran idiota que deja pasar el amor entre sus manos para que resbale y toque el suelo donde desaparece, donde se evapora con los rayos solares.

Los recuerdos en este escrito no son necesarios, el lector intuirá todas los momentos vividos junto a ti, no necesita eso de las remembranzas porque todos hemos pasado por el mismo suplicio, todos somos los actores de una misma película, nos sabemos de memoria los guiones, algunos los repiten una y otra vez sin cansancio en búsqueda de ese verdadero amor, son como Hänsel und Gretel en busca de las migajas de pan para tornar a casa, así somos todos, la necesidad de regresar a casa o de formar una casa o de llegar a una casa o de llegar a la cama, da igual, da igual toda esta palabrería porque tú lector lo conoces muy bien.

Después de dos años he aprendido a manejar mi vida sin ti, a conducir con una venda tapando mis ojos, haciendo más difícil este camino, soy el piloto ciego, amor pasado, amor presente, amor tú, no distingo entre la felicidad y la tristeza, porque un ciego no distingue, siempre está en obscuridad, vive en obscuridad y no por eso deja de vivir, así soy yo en estos días, vivo por el deber de hacerlo, no por el querer, ya que eso te lo has llevado sin despedirte, sin darme la cara para besarla por última vez, sin ver esos maravillosos senos, ah que senos tuyos mi amor, casi como tu ojos. Te llevaste todo sin un motivo, eres como el tiempo, vas de aquí para allá, de atrás hacia delante sin un objetivo claro, eres tan libre y yo tan torpe.

Anteriormente mencioné tu semejanza con el olor de la noche y con eso mismo deseo terminar, explicaré el porqué para ti y para el lector: la noche es predecible hasta cierto punto, sabemos a qué hora llega, sabemos cómo se comporta, sabemos lo que debemos hacer en ella, pero el olor, el olor depende del lugar en donde te encuentres, puede ser un olor fresco, vivo, o, un olor a muerte, a smog, a penas, eso nunca lo sabemos a pesar de que hayamos tenido un día feliz, así eres tú, no sabía el objetivo tuyo y ni siquiera lo sé ahora, sé que estas ahí, que puedes penetrar a mi cuerpo generando un reacción como el olor de la noche, pero no te puedo predecir, no te puedo escoger, no puedo ni siquiera retenerte entre mis brazos, porque a pesar de que estabas siempre conmigo en algún momento del día, no tenía la seguridad de lo que serias en ese instante y yo, el gran idiota por intentar de predecir un futuro en base a manuales nada originales, dejé que te fueras lentamente, fui cerrando la ventana como todos lo hacemos por las noches para evitar alguna enfermedad, para evitar un sufrimiento en el futuro, predije erróneamente un final, lo diseñe a la perfección en mi cabeza, sin embargo, eras como el olor de la noche, existente pero impredecible.

 

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